(#graciaypazdevo #semana45)
“Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.”
Salmos 2:10-12
Después de las palabras de advertencia de parte del Ungido del Señor, el Salmista aconseja a los reyes de la tierra que abandonen su necio desafío al Señor. El salmista llama a los reyes de la tierra a entregarse a Dios y darle la debida reverencia. En esta posición de sumisión y rendición pueden alegrarse– pero con un apropiado temblor. Si a los reyes y jueces de la tierra se les ordena humillarse ante el Ungido de Jehová y reconocer su total superioridad, ¿entonces qué hay del resto de nosotros? Hablar a los reyes y jueces, por tanto, incluye a toda la humanidad. Los que desafían a Dios son quebrantados, pero los que dependen de él son bienaventurados. El salmista deja la elección a todos: ¿quebrantado o bienaventurado? (David Guzik, 2021)
En su primera venida, el Señor Jesús vino en forma humilde, para dar su vida en la cruz y resucitar; pero, en
la segunda, lo hará en forma imponente para reinar. Hoy puedes hablarle a alguien del amor de Cristo; no pierdas tiempo.
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Serie Devocional: Salmos
Elaborado por: Elizabeth Morelia // Personal // I.B.Gracia&Paz
Amar a Dios, amar a las personas, transformar al mundo
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